El olfato de los lobos
La comunicación auditiva provee información sobre el estado más actual de un animal, mientras las señales olfativas duran mucho más. Otro ejemplo sería que el aullido indica la localización de un animal, su estado de humor y su identidad instantáneamente, mientras que las huellas de la esencia de los lobos muestran esta información y más, como el género, la condición de cría, estatus social y emocional, la edad y la dieta, que puede durar días o incluso semanas.
Las glándulas de la piel juegan un papel importantísimo en la comunicación olfativa. Los tres tipos de glándulas son las sebáceas, las ecrinas y las apocrinas. Las células sebáceas son típicamente encontradas en los folículos del pelo y producen una sustancia grasa y cérea llamada sebo que emite un olor distinto cuando se combina con bacterias específicas.
Las glándulas apocrinas son conocidas como glándulas sudoríparas. Estas glándulas son más numerosas en la cara, los labios, y detrás y entre los dedos de los lobos. Estas despiden secreciones acuosas que no son utilizadas para refrescarse.
Las secreciones por sí solas tienden a ser inodoras, pero pueden producir un olor cuando actúan con la microflora en los conductos o en la piel. Diferencias en la microflora y en la dieta de los lobos cambia la composición química, por lo que permite la emergencia de distintivas marcas de olor.
Existen glándulas apocrinas en la base de los dedos y numerosas glándulas ecrinas en la almohadilla de las patas. Los lobos son vistos ocasionalmente arañando la tierra luego de orinar o defecar, esto podría proveerlos de marcas de aroma. Los arañazos también podrían proveerlos de marcas visuales que llamen la atención a los depósitos urinarios y fecales asociados.
Cuando un canino se enfurece, es una señal visual fácilmente reconocible. Existen también signos olfativos involucrados: en el lomo de un lobo la piel tiende a formar pliegues cuando el pelaje no se erizó, de este modo se crea un ambiente óptimo para la supervivencia de bacterias glandulares.
Las glándulas anales contienen tanto glándulas apocrinas como sebáceas que están rodeadas por una capa muscular bajo control voluntario. Las secreciones de las glándulas anales varían según la época del año y entre los animales que están castrados y los que no. Brindan información sobre el género y el estado reproductivo del animal.
Algunos de los contenidos de las bolsas anales pueden ser depositados cuando el animal defeca. Asimismo, se ha observado que las bolsas anales están vacías en los tiempos de estrés agudo, como cuando los tienen acorralados.
La saliva puede contener información sobre el género o el estado reproductivo. Por ejemplo, los lobos machos se han descubierto con mayor frecuencia lamiendo los hocicos de las hembras que de los de otros machos. Esto también juega un papel en los lazos de unión sociales, como por ejemplo en el aseo mutuo entre miembro de una misma camada, especialmente parejas, y en la relación de una madre con sus crías.
Las heces fecales y la orina son ambas utilizadas como marca de aroma para la defensa territorial. Cuando se trata de comunicación olfativa, el orine es la señal más ampliamente utilizada. La marca de orina es especialmente observada en áreas donde otros lobos o, incluso otras especies de caninos, han sido detectados. Para evitar las áreas donde un aroma no familiar es detectado, la posibilidad de confrontaciones agresivas es reducida.
La marca de orina también puede acarrear señales visuales, por ejemplo, cuando un macho levanta su pata para orinar. En los perros, incluso solo ver a otro macho levantando la pata para orinar, puede impulsarlos a hacer lo mismo. El sistema urinario basado en levantar la pierna, puede ser beneficioso porque le permite al animal ubicar su aroma al nivel del hocico de la audiencia deseada, de esta forma es más probable que sea detectado.
En los perros también se ha sugerido que la altura de la marca aromática puede reflejar la estatura del animal. Las hembras de crías, en ocasiones alzan ligeramente la pata o a flexionan durante el momento de orinar, puede ser todo el año, pero es más común en este período.
Durante las épocas de cría las parejas apareadas pueden también dejar una marca conjunta, donde un solo animal orina entonces el otro deja su esencia encima. La frecuencia de esta doble marca es mayor en parejas de formación reciente. Los lobos y otras especies también se revuelcan en objetos o áreas que omiten lo aromas fuertes, como un cadáver de otro animal o algún terreno donde otro animal haya orinado.
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