Aullidos de los lobos
Cualquiera que haya tenido la suerte de acampar en un Parque Nacional, seguro le habrá sido imposible olvidar la hermosa sinfonía de los grillos en la noche, el susurro de las hojas en los árboles y el brillo resplandeciente de la Luna. Más tarde en la noche, el asombro se vuelve sobrecogedor cuando un agudo gemido nos despierta de repente. El ruido se repite nuevamente y ya no queda dudas: se trata de un aullido de lobo. “No hay de qué preocuparse” podrán afirmar algunos, “Es solo un lobo aullándole a la Luna”.
Pero, ¿de dónde surge esta misteriosa conexión entre los lobos y la Luna? El origen quizás pueda encontrarse en nuestros antepasados. Muchas civilizaciones antiguas que se remontan a la Edad Neolítica emparejaron desde sus inicios a la Luna y los lobos en las imágenes y la literatura, lo que eventualmente condujo a reforzar la creencia popular que mantenemos en la actualidad.
Hécate, diosa griega de la Luna, se hacía acompañar por cánidos en sus representaciones, al igual que la diosa romana Diana, patrona de la Luna y la caza. En la mitología nórdica, también podemos encontrar una asociación entre los lobos y la Luna a través de Máni, la personificación de la bóveda nocturna perseguida por un lobo de nombre Hati.
Dado el hecho que los lobos han habitado todos los continentes del planeta excepto Sudamérica y la Antártida, su prevalencia en la cultura humana no es de sorprender. Como animales nocturnos que son, su inevitable asociación natural con la oscuridad y la Luna era cuestión de tiempo. No obstante, y del mismo modo en que los humanos susurramos, gritamos, murmuramos y conversamos para comunicarnos, el aullido de los lobos no es el único medio que utilizan para expresarse. Además de ello, estos animales pueden enviar mensajes de corto alcance con otros tres tipos de vocalizaciones: ladridos, gruñidos y gemidos.
Para los humanos, el ladrido es algo bastante peculiar, dado que estamos acostumbrados a ellos por los perros domésticos, parientes cercanos de los lobos. Sin embargo, un ladrido, y al igual que sucede con nuestras mascotas, puede tener varios significados. Para los lobos, el ladrido puede ser de tipo ofensivo o defensivo. Además, este medio de comunicación puede ser utilizado para retar a otro lobo. En el caso de los gruñidos, estos son utilizados para trasmitir señales de dominación o un enfrentamiento inminente, y en lo que respecta a los gemidos, generalmente son signo de sumisión o saludo amistoso entre los miembros de la manada.
¿Y la luna? ¿Por qué aúllan a la Luna?
Lo primero que debemos aclarar, y por muy romántica que parezca la idea, es que los lobos y la Luna no poseen conexión alguna entre sí. Expertos caninos han comprobado que, efectivamente, las fases de nuestro inseparable satélite natural no poseen ninguna influencia sobre el aullido de los lobos. Si existe una razón por la que estos animales lanzan esos sonidos tan agudos durante la noche, es porque se trata de especies nocturnas, y el hecho de que lo hagan alzando su cabeza hacia el cielo se puede explicar por un fenómeno acústico que permite extender el sonido de su aullido a mayores distancias.
Actualmente, el aullido del lobo es una de las vocalizaciones más peculiares que podemos observar en la naturaleza, y por ello, también es una de las más estudiadas. Estos ancestros del perro doméstico utilizan sus aullidos como una forma de comunicación a larga distancia, en la que pueden transmitir una serie de informaciones. Debido a su tono tan alto y la suspensión de las notas durante el aullido, el sonido de los lobos puede viajar hasta unas 6 millas (9.6 kilómetros) a través de los bosques, y unas 10 millas (16 kilómetros) en llanuras de poca vegetación.
Lo primero que debemos aclarar, y por muy romántica que parezca la idea, es que los lobos y la Luna no poseen conexión alguna entre sí. Expertos caninos han comprobado que, efectivamente, las fases de nuestro inseparable satélite natural no poseen ninguna influencia sobre el aullido de los lobos. Si existe una razón por la que estos animales lanzan esos sonidos tan agudos durante la noche, es porque se trata de especies nocturnas, y el hecho de que lo hagan alzando su cabeza hacia el cielo se puede explicar por un fenómeno acústico que permite extender el sonido de su aullido a mayores distancias.
Actualmente, el aullido del lobo es una de las vocalizaciones más peculiares que podemos observar en la naturaleza, y por ello, también es una de las más estudiadas. Estos ancestros del perro doméstico utilizan sus aullidos como una forma de comunicación a larga distancia, en la que pueden transmitir una serie de informaciones. Debido a su tono tan alto y la suspensión de las notas durante el aullido, el sonido de los lobos puede viajar hasta unas 6 millas (9.6 kilómetros) a través de los bosques, y unas 10 millas (16 kilómetros) en llanuras de poca vegetación.
Funciones de los aullidos de los lobos
Los aullidos sirven además como sistemas de GPS, para solicitar auxilio o indicar precaución. En sentido general, el propósito de estos sonidos no difiere demasiado de los motivos por el que los humanos alzamos nuestra voz. En general, las razones principales por la que los lobos aúllan incluyen:
- Llanto desesperado para reunir a la manada
- Señal para revelar al resto de la manada su ubicación
- Advertencia para alejar a otros lobos de los territorios de la manada.
La frecuencia de estos aullidos suele aumentar durante la noche y la madrugada cuando los lobos se encuentran de caza. Para la temporada invernal, también servirán para atraer nuevas parejas y reproducirse. Este último hecho contiene un aspecto interesante, pues a menudo, los aullidos pueden ser un indicativo para la hembra del tamaño que posee el macho y su estado de salud (mientras más profundo sea el tono del aullido más atractivo resultará el ejemplar).
También en algunas ocasiones los lobos podrán ser encontrados aullando en grupo. Este coro de sinfonías puede ser ejecutado por los miembros de la manada en diferentes tonos (hasta 12), y con ello engañar a los oyentes lejanos dando la sensación de que puede haber más lobos de los que en realidad existen.
Los lobos alfa, líderes de la manada, suelen mostrar un aullido de tonos más graves, los cuales sonarán con más frecuencia que el de otros miembros de menor nivel jerárquico. Los cachorros también practicarán sus aullidos a medida que crecen, imitando al de sus padres. En el caso de los lobos solitarios, estos aullarán con menor frecuencia, en aras de no revelar su paradero a los depredadores potenciales.
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