Depredadores
El hecho de que los lobos se encuentren en la cima de la cadena alimenticia, significa que en realidad, no existen depredadores en la naturaleza para estos animales. Sin embargo, en algunas ocasiones pueden ser derribados por otros animales si se encuentran particularmente solos. La mayoría de los animales que conviven bajo el mismo ecosistema de los lobos, prefieren evadirlos por temor a enfrentarse a toda una manada de cánidos.
No tienen depredadores naturales
A veces, las peleas por los alimentos pueden llevar a que los lobos encuentren enemigos que normalmente no eran considerados como tal. Esto incluye algunos de los grandes gatos, así como otros caninos incluyendo los coyotes. Los lobos jóvenes son los más vulnerables al ataque de otros animales. Al ser muy pequeños en el momento de salir de la manada, pueden sufrir diversas amenazas, sobre todo cuando se separan de la protección del grupo. En cuestiones de segundos, estos animales indefensos pueden convertirse en la víctima de una gran variedad de animales.
Los lobos además, deben tener especial cuidado cuando se trata de algunas de sus presas. Los alces y otros cuadrúpedos de gran tamaño no suelen tomar reprimendas ante un ataque, pero si lucharán por su propia vida y la de sus crías. Un golpe en la cabeza o en cualquier parte de los órganos vitales de los lobos puede causar graves lesiones e incluso la muerte instantánea.
Algunas veces, cuando las fuentes de alimento escasean, el macho alfa de una manada puede consumir lobos débiles o heridos. Esto se hace para asegurar su propia supervivencia, y para asegurar el balance correcto en el número de miembros de la manada, en aras de poseer más acceso a la comida.
Las amenazas de otras manadas de lobos también son un problema común debido a las constantes batallas entre grupos, quienes habitualmente disputan los límites de sus territorios y los recursos alimenticios. Cuando existe suficiente espacio, los territorios de estas manadas pueden solaparse en mayor o menor medida. Sin embargo, por lo general, pueden hacer frente a estos conflictos sin necesidad de enfrentarse físicamente. Para estos escenarios, los lobos aullarán con la intención de dar a conocer su ubicación y mantener alejados al resto de las manadas rivales.
No obstante, cuando las fuentes de alimentos son difíciles de conseguir y no hay mucho espacio para moverse, el instinto de supervivencia sale a flote, dando lugar a terribles enfrentamientos por demostrar quién es el más fuerte y quien tiene mejores posibilidades de sobrevivir. En algunos casos, el altercado puede dar lugar a varios asesinatos en ambas manadas y graves lesiones para el resto de los miembros.
El hecho de que la mayoría de las especies de lobos en la actualidad se encuentren amenazadas de extinción puede explicarse en la caza desmedida por parte de algunos humanos. Este proceso ha permanecido inalterable durante cientos de años bajo la falsa creencia por parte de personas ignorantes, que los lobos representan una amenaza para ellos, y que constituyen verdaderas máquinas de matar. Pero nada más alejado de la verdad.
Aun así, los humanos continúan tomando los espacios y territorios que una vez fueron el hogar de los lobos, y como resultado de ello, resulta más difícil y complejo para los cánidos encontrar suficiente comida. El ganado y los recursos de las personas que invaden estos territorios son vistos por los lobos como fuentes de comida, y aunque estos actos puedan malinterpretarse, en realidad solo están asegurando su supervivencia.
Desafortunadamente, los seres humanos han tomado medidas drásticas contra los lobos, muchas de ellas violando las regulaciones actuales de cada gobierno. En este sentido, las trampas y venenos que los campesinos y residentes colocan en los hábitats del lobo, cobra un número relevante de muertes cada año.
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