Lenguaje corporal de los lobos
El lobo es uno de las especies que más aprovecha el lenguaje corporal para su comunicación. Muestra de ello puede ser el simple hecho de cómo caminan o la posición que asumen en comparación con el macho alfa, lo cual es indicativo del rango jerárquico que se tiene dentro de la manada.
Asimismo, el empleo de marcas de olor con su orina para delimitar su territorio es una forma de decir a otras manadas que están en un territorio ya poseído, el cual puede extenderse hasta 35 kilómetros cuadrados.
Pero estas no son las únicas expresiones del lenguaje corporal de los lobos. Existen muchas más, algunas de las cuales te ilustraremos en este breve artículo para que comprendas que no es exagerado decir que los lobos tienen un compacto y funcional lenguaje, dentro del que las expresiones corporales juegan un rol esencial.
Rodar o revolcarse por el suelo
Los lobos ruedan o se revuelcan en el suelo no sólo por diversión o para provocarse cosquillas relajantes, sino también, y más que lo anterior, para comunicarse con otros miembros de su manada.
Puede ser el medio empleado por un ejemplar para invitar a sus compañeros a compartir espacio con él o para comunicar que acepta compañía y no está a la defensiva o en plan de rechazar cualquier acercamiento. En una manada esto, conocer el estado de ánimo de los otros miembros, reviste mucha importancia para la supervivencia individual.
Pelaje
El diseño o disposición del pelo del lobo en su pelaje puede ser también una forma de lenguaje corporal. Esto permite que en la manada pueda conocerse si cada ejemplar está iracundo, ya que se mostrará sobre dos piernas durante unos segundos para mostrar dominación, agresivo o necesitado de protección.
Olor
Los lobos tienen glándulas odoríferas bajo la cola que les permiten dejar su aroma atrás.
Muchos expertos creen que el uso de su aroma y otras señas de lenguaje corporal les permiten a estos animales comunicarse de forma más efectiva que con las vocalizaciones y sonidos con los que todos estamos familiarizados. De ahí que en escenarios de hábitats naturales para ellos uno no puede guiarse por aullidos o ladridos solamente para determinar su presencia.
Respuestas corporales
Cuando un lobo se siente amenazado inmediatamente se ven cambios en su cuerpo, muestras de un lenguaje que comunica que el lobo está listo para defenderse a toda costa.
Así, las orejas se alzan erguidamente, como agudizándose para recibir mejor cualquier señal sonora, las piernas se ponen muy rígidas, los ojos se ensanchan y la cola se apunta hacia arriba, pero incluso al caminar, la totalidad del cuerpo denota una rigidez distinta a la de su estado normal.
Señas de los jóvenes
Los lobos jóvenes tienen un lenguaje corporal muy peculiar.
Con frecuencia llegan a los adultos y los muerden en la boca para indicar que están hambrientos, lo que es entendido por los requeridos, quienes regurgitan carne para que estos se alimenten.
De igual forma, el frecuente roce de los jóvenes con los lados del cuerpo de los lobos de mayor edad comunica afecto. En este sentido, muchos expertos coinciden en que esto es la forma en que muestran que se sienten a gusto en la manada y demuestran que están siendo bien cuidados, como si se tratase de niños abrazando a sus familiares o amigos adultos.
Los jóvenes también pueden ser vistos buscando lucha con otros jóvenes o adultos, a los que muerden suavemente e instan a continuar la lucha tumbándose boca arriba y provocándolos con sus patas. Los adultos les siguen el juego, ya que esto constituye una forma de hacerlos fuertes y prepararlos para la autodefensa. No obstante, el joven disfruta extender los límites del juego y los adultos le indican cuando se han excedido y están a punto de molestarlos, para ello se valen, como es lógico, de expresiones corporales.
Si el adulto no los frenara, los jóvenes por naturaleza seguirán empujando los límites del juego.
Jerarquía absoluta
Cuando hay conflictos dentro de una manada de lobos, los que tienen más poder pueden tener que mostrarles a los de menor rango quién está a cargo. Esto hace que el lobo de menor rango, una vez entiende el mensaje, se acueste para repensar su actitud y concientizar su posición.
Es válido aclarar que, quizás por lo sólido de su lenguaje y la buena comunicación existente en las manadas de lobos, es muy raro que una situación conflictiva termine en lucha física entre dos o más miembros.
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